La Costa Vasca Francesa (Pays Basque français) combina el sabor marinero del Atlántico con la elegancia de la Belle Époque y el encanto de los pueblos vascos de Iparralde. En pocos kilómetros puedes disfrutar de playas kilométricas, villas señoriales, puertos pesqueros y caseríos típicos de fachadas blancas con contraventanas rojas.
Esta ruta te lleva por los principales destinos de la costa: Hendaya, Saint-Jean-de-Luz, Biarritz y Bayona, ideales para una escapada de varios días en familia.
Hendaya, la puerta a Francia
Hendaya (Hendaia en euskera) es la puerta de entrada a la Costa Vasca Francesa, separada de Hondarribia por la bahía de Txingudi. Con sus más de 3 kilómetros de arena fina, presume de tener la playa más larga de todo el País Vasco, muy apreciada por familias gracias a su oleaje moderado y su ambiente tranquilo. Su emblema son las Rocas de las Dos Gemelas, dos grandes monolitos que se alzan en el mar frente a la costa.
Además de su playa, Hendaya destaca por el Castillo de Abbadia, un palacete neogótico construido en el siglo XIX por el excéntrico astrónomo Antoine d’Abbadie, que combina estilos arquitectónicos y está lleno de símbolos científicos y exóticos. Muy cerca, el Sendero del Litoral ofrece una de las caminatas más bonitas de la región, con vistas espectaculares de los acantilados y del océano Atlántico.
Históricamente, Hendaya también jugó un papel clave: en octubre de 1940, en su estación de tren, tuvo lugar la famosa reunión entre Hitler y Franco, un encuentro diplomático que marcó el rumbo de la Segunda Guerra Mundial en la península. Ese hecho aún le da un aura especial de “frontera histórica”.
Hoy Hendaya es un destino familiar y relajado, perfecto para combinar mar, historia y naturaleza. Se puede recorrer fácilmente a pie o en bici, y además guarda una curiosidad práctica para el viajero: en apenas 5 minutos, un ferry conecta Hendaya con Hondarribia, uniendo así dos mundos distintos separados solo por la ría.
Si te pilla allí la hora de la comida o de la cena, te recomendamos esta increíble pizzería. Personal amabilísimo, masa casera y unos ingredientes excepcionales a un precio estupendo. Eso sí, revisa los horarios porque en Francia se come y cena bastante antes que en España.
Saint-Jean-de-Luz, tradición marinera
Saint-Jean-de-Luz es probablemente el pueblo más elegante y marinero de la Costa Vasca Francesa. Situado en una amplia bahía de aguas tranquilas, ha sido durante siglos refugio de corsarios, puerto pesquero y escenario de grandes acontecimientos históricos. Su casco antiguo, con casas vascas blancas de contraventanas rojas o verdes, se organiza en torno a calles animadas repletas de tiendas y cafeterías, perfecto para pasear sin prisas.
El corazón de la villa es la Iglesia de San Juan Bautista, un templo único en el País Vasco francés, famoso por haber acogido en 1660 la boda del rey Luis XIV de Francia con la infanta María Teresa de Austria, hija del rey de España Felipe IV. Aquel enlace puso fin a décadas de guerras entre ambos países, y todavía hoy la iglesia conserva detalles del evento.
El puerto pesquero, con sus barcas de colores, mantiene viva la tradición marinera, mientras que el paseo marítimo y la playa invitan al descanso familiar: aguas más tranquilas que en otras zonas del Atlántico y arena fina perfecta para los niños. Saint-Jean-de-Luz también es un paraíso gastronómico: aquí podrás probar desde pescado fresco hasta el tradicional pastel vasco, un dulce emblemático de Iparralde.
Como curiosidad, este fue uno de los puertos corsarios más importantes del Golfo de Vizcaya en los siglos XVII y XVIII, con marineros que saqueaban barcos enemigos en nombre de la corona francesa. Hoy, sin embargo, Saint-Jean-de-Luz desprende paz, elegancia y un encanto difícil de igualar en la costa vasca.
Biarritz, elegancia y surf
Biarritz es la joya elegante y cosmopolita de la Costa Vasca Francesa, un lugar donde la aristocracia europea del siglo XIX y los surfistas del siglo XX se dieron la mano. Antiguo puerto ballenero, la villa cambió su destino cuando la emperatriz Eugenia de Montijo, esposa de Napoleón III, la eligió como residencia veraniega. Desde entonces, Biarritz se convirtió en un balneario de moda entre reyes, artistas y escritores, dejando como legado edificios emblemáticos como el Hotel du Palais y el Casino Municipal.
Hoy sigue conservando esa atmósfera de Belle Époque, con elegantes villas frente al mar, pero también se ha consolidado como la capital del surf en Europa, desde que en los años 50 los estadounidenses introdujeran este deporte en sus playas. La Grande Plage es el epicentro de la vida playera, mientras que el Rocher de la Vierge, unido por una pasarela metálica diseñada por los ingenieros de Eiffel, ofrece una de las vistas más icónicas del Atlántico.
Otro lugar imprescindible es el Mercado de Les Halles, donde se pueden degustar ostras frescas, quesos de la región, vinos de Irouléguy o la famosa axoa de ternera con pimientos. Y si buscas cultura, no falta el Museo del Mar o la Cité de l’Océan, ideales para visitar en familia.
Como curiosidad, Biarritz ha sido escenario de numerosas películas y lugar de inspiración para artistas. Hoy conserva ese aura glamurosa, pero combinada con la frescura juvenil del surf y una vibrante vida cultural que la hace única en la costa vasca. Es posiblemente el lugar más turístico de la zona, y turismo de alto nivel, lo que se nota en los precios y en la cantidad de personas que te vas a encontrar durante tu visita. Tenlo presente.
Bayona, capital cultural
Bayona (Baiona en euskera) es la capital cultural del País Vasco francés y un destino que sorprende por su mezcla de historia medieval, ambiente vasco-gascón y una deliciosa tradición chocolatera. Situada en la confluencia de los ríos Nive y Adour, su casco histórico está lleno de calles estrechas y casas de entramado de madera pintadas de vivos colores, creando un conjunto que invita a perderse sin prisa.
El corazón de la ciudad lo marca la imponente Catedral de Santa María, declarada Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO, con su estilo gótico francés y sus claustros silenciosos. Muy cerca, los muelles del Nive son uno de los lugares más animados, repletos de restaurantes y terrazas donde se respira la vida local.
Bayona es también famosa por su chocolate: fueron los judíos sefardíes, expulsados de España y Portugal en el siglo XVII, quienes introdujeron aquí la tradición chocolatera, convirtiendo la ciudad en pionera de este dulce en Europa. Hoy todavía se pueden visitar chocolaterías históricas y disfrutar de degustaciones que hacen las delicias de grandes y pequeños.
Otra seña de identidad es su jamón de Bayona, con denominación de origen, y sus animadas fiestas veraniegas, cuando toda la ciudad se viste de blanco y rojo, recordando a las de Pamplona pero con sabor francés.
Como curiosidad, Bayona fue durante siglos una plaza fuerte estratégica en las guerras franco-españolas, y todavía conserva restos de sus murallas y fortificaciones diseñadas por el ingeniero Vauban. Hoy, sin embargo, se presenta como una ciudad acogedora, vibrante y cultural, donde historia, gastronomía y tradición vasca se dan la mano.
Nosotros ya visitamos esta ciudad durante nuestro viaje por la costa atlántica de Francia, por lo que no lo incluímos en esta ocasión en nuestra ruta.
Consejos prácticos para recorrer la Costa Vasca Francesa
Lo ideal es moverse en coche, aunque la red TxikTxak de autobuses y el tren regional permiten conectar bien las localidades. Ten en cuenta que existe un proyecto para establecer un área de bajas emisiones en toda la costa. De momento, se ha parado políticamente, pero podría ser una realidad en el futuro. En la práctica no es demasiado reestrictivo: solo impide el acceso a vehículos anteriores a 2003… pero, para poder recorrer la costa y acceder a estos municipios, necesitarás una etiqueta que necesariamente tendrás que adquirir antes de tu viaje, ya que la envían por correo.
Los municipios que hemos visitado tienen zona de establecimiento limitado y, ojo, esta es exponencial. Es decir, normalmente ofrecen un tiempo de estacionamiento gratuito (entre media hora y una hora), pero después la tarifa va subiendo exponencialmente. Por ejemplo, en Biarritz la primera hora es gratuita pero las siguientes 2 horas tienen un valor de 14€. Es importante que lo tengas en cuenta a la hora de planificar tu ruta y el tiempo que quieres pasar en cada lugar.
Todos los lugares son accesibles con carrito y no tendrás mayor dificultad que buscar tramos sin escaleras para tu recorrido.
Te recomendamos probar el Pastel Vasco, encontrarás nuestros preferidos en la pastelería Pariés y en Maison Adam. Concretamente el de cereza negra en el primero y el de vainilla de Madagascar en el segundo. Tienen tiendas en Biarritz y San Juan de Luz.
Conclusión
La Costa Vasca Francesa es un destino ideal para combinar mar, historia y cultura vasca con un aire francés inconfundible. Desde la elegancia de Biarritz al encanto marinero de Saint-Jean-de-Luz, pasando por la tranquilidad de Hendaya o la riqueza cultural de Bayona, esta ruta ofrece lo mejor de ambos mundos.
Si tienes más días, puedes enlazarla con el Valle del Baztán en Navarra o con la Costa Vasca española (Hondarribia, Getaria, Zumaia). Te recomendamos visitar nuestros artículos para planificar tu viaje perfecto por la zona.
Lo ideal es que te alojes en algún pueblo de la zona. Te diriamos que es preferible Hendaia, por los precios o incluso Irún, en España. Una opción muy buena es utilizar HomeExchange, ya es una zona con bastantes intercambios disponibles.