Empieza un nuevo día en Croacia y, obviamente, nuestra primera visita de la mañana en Pula va a ser el anfiteatro romano de la ciudad. Es curioso como la fama del coliseo de Roma ha hecho que la gente piensen que no existen otros en el mundo, cuando hay bastantes y algunos, como este, muy bien conservados.
Pula
Se trata de uno de los seis anfiteatros más grandes que se pueden ver en la actualidad y se construyó entre el año 27 a.C y el 81 d.C. Se puede acceder a su interior pero, sinceramente, las vistas desde el exterior son tan buenas que no consideramos que sea necesario pasar por caja.
Hoy nuevamente hay concierto en el arco de Sergio, la ciudad está más animada que anoche, aunque no hay mucha gente para ser domingo. Quizás porque aún es temprano. Visitamos toda la zona centro, hasta llegar al templo de Augusto y nos acercamos a ver el mosaico que apareció tras los bombardeos de la II Guerra Mundial. Se llama «El castigo de Circe» y es uno de los pocos mosaicos romanos que se conservan en el país. Eso sí, localizarlo lleva un rato porque está en un aparcamiento, con una señalización lamentable y unas condiciones que dan bastante pena. No conseguimos entender cómo no han habilitado un museo para contenerlo y lo tienen así, de cualquier manera.
Rematamos la visita subiendo hasta el castillo, para tener una vista de la ciudad desde las alturas.
Zadar
La siguiente parada es Zadar, que nosotros hablamos de paradas como si estuvieran una al lado de la otra, pero lo cierto es que de Pula a Zadar hay 395 kilómetros. Es decir, unas 4 horas y media con peajes y unas 5 y media sin ellos. Nosotros, para quitarnos tiempo de coche, cogemos los peajes… pero salen por un dineral. Al llevar un vehículo de categoría III tenemos que pagar más que si lleváramos un coche, concretamente 27€ por este tramo. Una barbaridad. Echamos de menos la viñeta. Por suerte, para compensar, también aparcamos gratis por ser domingo. Algo es algo.
Zadar no nos parece una ciudad especialmente bonita, pero tiene una cosa muy curiosa que se llama «órgano de agua». Son unas escaleras que tienen unas aberturas, junto al mar, el agua al pasar por ellas emite una melodía… es como si la naturaleza tocara música. También hay un reloj de sol que tiene mucha fama por sus atardeceres, pero no nos vamos a quedar a verlo porque tenemos mucho por delante.
Sibenik
Nos movemos hasta Sibenik, otra horita de viaje, aunque esta vez cogemos carretera sin peajes porque la diferencia es de apenas 15 minutos.
Nada más llegar, siguiendo ciegamente al GPS hasta uno de los puntos que en Park4Night indican para aparcar la camper, nos metemos en una calle que está cortada por obras… y tenemos que dar media vuelta en una calle bastante estrecha, con un vehículo grande. Es un poco odisea, pero lo conseguimos gracias a la pericia de nuestro conductor, que después de tantos días ya es un maestro de las maniobras. Eso sí, lo pasamos un rato mal.
Finalmente nos vamos a aparcar un poco más lejos, como a un kilómetro del centro… cosa que nos va a venir fatal cuando descubramos que no tenemos batería de repuesto y que nuestra cámara está descargada. Fallo total. No nos da tiempo a ir a por otra batería y volver antes de que anochezca, así que nos conformamos con las pocas fotos que hemos sacado y con tirar de móvil. Es una pena porque Sibenik es una ciudad muy bonita.
Cuando ya nos vamos a ir, paramos un momento en una zona del puerto para bajar a hacer algunas fotos nocturnas de la ciudad, pero la luz del atardecer era bastante más espectacular.
La noche la pasamos en el camping Jasenovo, que justo abre hoy. Estamos prácticamente solos y es una maravilla, porque las instalaciones son fantásticas y el propietario encantador. Es una suerte estar viniendo en temporada baja a Croacia, porque no hay mucha gente y los precios son bastante más razonables. Ya de por sí nos está pareciendo un país caro, todo sea dicho, pero las tarifas que vemos para temporada alta son una ida de olla bastante inmensa, al menos en esta zona de la costa.
P.N. Krka
Hoy vamos a ir al Parque Nacional Krka, que por lo que hemos visto es una especie de Plivitce en miniatura. Para llegar, primero tenemos que ir a Skradin, una de las entradas al parque. Dejamos la camper en un parking que hay en la entrada, a razón de 12 kr la hora. Se suponía que nos entraba un parking en la entrada del parque, pero no lo vemos por ninguna parte y nos dicen que no lo hay. Ni idea.
La entrada en este parque en temporada baja cuesta 120kr, incluyendo en trayecto en barco. En temporada alta ese precio se duplica. Se puede llegar también a pie, pero el camino lleva un rato y la diferencia son 20kr, que no es mucho para la caminata que te ahorras… y, además, el paseo en barco es bastante agradable. Tarda como unos veinte minutos, aproximadamente.
El parque es pequeñito, en una hora parando mucho a hacer fotos se recorre perfectamente, quizás dos si vas con niños. Tiene unas cascadas más grandes al inicio y luego ya un paseo por maderas bordeando los lagos, ciertamente sí es un Plivitce en miniatura. Y con menos gente, aunque es verdad que al llegar todos a la vez en barco nos terminamos juntando.
De mal en peor
Los barcos salen cada hora. Al acabar el recorrido, llegamos al muelle a las 10:29 y vemos el barco parado, nos vamos a subir pero los empleados nos dicen que no, que se van ya, además como haciéndonos burla y de una manera un tanto ofensiva, que no entendemos a qué viene. Vemos como recogen las cuerdas y zarpan, dejándonos en tierra y teniendo que esperar una hora hasta que vuelvan. La verdad es que nos parece increíble porque hemos llegado con un minuto de margen y ni siquiera habían salido aún. Nos vamos a quejar a la recepción y nos dicen que pongamos una queja en Internet, que por supuesto ponemos. Más tarde recibiremos una disculpa y una explicación un poco absurda de los hechos… pero el caso es que nos toca quedarnos una hora allí. Sospechosamente toda la zona de espera está llena de puestos para consumir y unos baños que son los únicos de todo el parque de pago, qué cosas…
A las 11:30 ya sí cogemos el barco y regresamos a nuestra camper, pero hoy no es nuestro día de suerte. Al salir del parking la valla baja antes de que hayamos sacado el vehículo y nos golpea en un lateral. El tipo del parking está hablando por teléfono y no nos hace ni caso, vamos a quejarnos y nos dice que qué problema tenemos, muy borde. Vemos que el coche tiene unos arañazos, que no sabemos si van a salir y no queremos problemas con el seguro porque, además, justo la parte de arriba y la de abajo del vehículo no van a aseguradas. Así que vemos a un policía a unos metros y le avisamos para que venga a ayudarnos. Solo así conseguimos que el tipo corte la llamada y al menos nos atienda.
El colega se niega completamente a hacernos un parte para el seguro, así que el policía nos dice que tiene que avisar a Sibenik para que venga alguien a hacernos un atestado. Nos toca esperar como una hora hasta que aparecen dos policías, que hacen un atestado bastante concienzudo que les lleva como una hora más. Nos dicen que ha fallado el sensor de la barrera y que no nos preocupemos porque no es culpa nuestra. Ya con nuestro parte, nos movemos. La verdad es que vaya desastre de día y de excursión.
Split
Seguimos hasta Split, otra hora de viaje. Es una ciudad muy bonita y original, ya que está construida dentro de lo que fue el palacio del emperador Diocleciano y aún se conserva toda la parte exterior. Es una maravilla y está repleta de puntos muy pintorescos.
Probamos para comer el burek, que es una cosa deliciosa muy típica de la zona, como una masa rellena de queso que está increíble. La hay rellena de carne, de espinacas y de más cosas, pero nuestro preferido es el de queso. También nos tomamos unas fritulas de postre, que vienen a ser algo así como los agujeros del donut con sabor a churro. Están buenos.
En Split hacemos un free tour porque con tanta historia necesitamos que alguien nos la cuente, claramente. Es una ciudad con mucho que ofrecer, tanto histórica como visualmente.
Obviamente el punto más fuerte de la ciudad es recorrer el interior del palacio de Diocleciano y ver cuáles eran sus diferentes estancias, no en vano en este lugar se rodó parte de la cuarta temporada de Juego de Tronos. De hecho, nuestro guía nos cuenta que fue uno de los extras. Uno de los puntos más chulos de la visita, la parte del sótano del palacio, es el lugar donde Danaerys guardaba a sus dragones… aunque en la realidad está repleto de tiendas de souvenirs.
La catedral es otro punto curioso porque, originalmente, este edificio era el mausoleo de Diocleciano… un emperador famoso por perseguir a los cristianos. Al datar su construcción del año 350, está considerada como la catedral más antigua del mundo.
Breve incursión en Bosnia
Para dormir, como en Croacia no es posible pernoctar gratis y en Bosnia así, cruzamos la frontera. Resulta que Croacia está partida en dos, con una franja de unos 12 km de Bosnia que les facilita salida al mar… aunque este chollo se acaba ya porque la UE no podía permitir que uno de sus estados miembros estuviera dividido por otro, así que ha financiado la construcción de un puente que une el país y que como daño colateral inhabilita la salida al mar de Bosnia. Y es que Croacia entra en la UE a principios del próximo año, de ello también pasan a formar parte del espacio económico, por lo que estas kunas serán de las últimas que existan aquí.
La frontera la pasamos bastante rápido, apenas presentando el DNI que la policía mira sin mucho interés. Imaginamos que es un paso muy frecuente.
Vemos un parking para campers para pasar la noche, pero nos piden pagar en monedas. Como no tenemos moneda local, vamos a la gasolinera y cambiamos 10€ por 16 marcos, bastante timo porque el cambio es 2 a 1 y nos debería haber dado 20, pero bueno… al final no vamos a ese parking porque vemos una gasolinera un poco más adelante con espacios para parar y, tras preguntar nos indican que podemos parar a dormir gratis sin problema.