Un fin de semana en Sevilla
Un fin de semana en Sevilla

Un fin de semana en Sevilla

 

Llevábamos tiempo volver a ir a Sevilla,  concretamente desde que una buena amiga se mudó a la ciudad… pero entre unas cosas y otras (principalmente pandémicas) no pudo ser hasta este mes de junio, que por fin llegó la ansiada escapada.

La verdad es que no pudimos elegir peor: el fin de semana que nos escapamos a Sevilla coincidió con el primer partido de la Selección en la ciudad, pero bueno, al menos había ambientazo. Sevilla es una ciudad que nos encanta y que creemos que es perfecta para una escapada de fin de semana.

Viernes

Tras llegar a Sevilla y quedarnos impresionados con el ambientazo (y la cantidad de gente) que hay en la ciudad, nos instalamos en casa de nuestra amiga. Una casa preciosa y perfectamente ubicada a escasos pasos de la catedral, vamos que mejor imposible. Para celebrar el encuentro, nos vamos a cenar a un sitio llamado Casablanca, ubicado frente al Archivo de Indias, en una esquina con unas vistas de espectáculo.

Después de la cena, paseo por el río para ver la ciudad iluminada y hasta arriba de hinchas de ambos equipos. La verdad es que si no fuera por las mascarillas, casi parecería la antigua normalidad…

Sábado

Nos levantamos sin mucha prisa, Sevilla es una ciudad que conocemos bien y no tenemos la «presión» de tener que verlo todo en un día (aunque lo vamos a hacer igualmente porque somos incorregibles). Tras desayunar tranquilamente con nuestra amiga, nos vamos al Metropol Parasol, más conocido como «Las Setas».  Se supone que empieza un free tour en breve, pero no hay nadie (más tarde sabremos que lo habían cancelado por falta de reservas). Nos vamos dando una vuelta hasta el Patio de los Naranjos, en la catedral, cuya entrada tiene una de las puertas más bonitas que hemos visto.

De ahí nos vamos, pasando primero por delante de la Giralda, hasta el Alcázar. Compramos la entrada en la taquilla (13’50€) y nos vamos a verlo. Es un lugar que no puede ser más bonito, de hecho se dice que Mohamed V se inspiró en el edificio sevillano para construir parte de la Alhambra, concretamente el Patio de los Leones. Y es que el Alcázar, aunque podría parecer una construcción árabe, en realidad lo construyó Pedro I de Castilla. El tío tenía buen gusto, se conoce, y cuando vio lo que Mohamed V estaba montando en Granada sintió envidia y dijo, me voy a montar yo un palacio estilo mudéjar que ya verás tú… y lo hizo, vaya que si lo hizo. Luego los dos reyes se picaron para ver quién hacía más bonito el suyo y el resto es historia. Lo que nos preguntamos, eso sí, es si alguna vez Pedro I llegó a sospechar que estaba escribiendo «Alá es grande» en sus paredes… 🤔

El Alcázar es un rato grande y entre palacios (que hay tres) y jardines tenemos para un buen rato. Y podría haber sido un rato más, pero nos entra hambre y decidimos ir a comer. Concretamente vamos a un sitio llamado La vinería de San Telmo, que no está mal pero tampoco nos impresiona. Lo mejor es el postre, un helado que tomamos en la Heladería el Monasterio y que está buenísimo, sobre todo el de pistacho y el de queso con nueces.

Volvemos caminando por los Jardines de Murillo, pasamos por la Universidad (antigua fábrica de Tabaco) y llegamos hasta la famosa Plaza de España que nunca dejará de parecernos la plaza más bonita del país.  Estamos un rato haciendo algunas fotos y regresamos por el Parque de María Luisa para ir de nuevo hasta Las Setas, donde empieza el free tour que no pudimos hacer por la mañana.

El tour lo repetimos, al menos al 50%, y es que lo hizo Sara en un viaje de trabajo hace unos años y le gustó tanto que hemos decidido repetirlo. La empresa que lo realiza es local, creada por un grupo de jóvenes que estaban hartos de que les explotaran las grandes empresas de Free Tours de siempre (y todos sabéis cuáles son), así que si vais por Sevilla dadles una oportunidad porque sus tours son muy buenos y la iniciativa es genial, al menos sabemos que no están laboralmente explotados.

El tour recorre los puntos clave de la ciudad, no podía ser de otra manera. Desde el Metropol Parasol, hasta la catedral y la Giralda, el Alcázar, el Archivo de Indias, el hotel Alfonso XIII, la fábrica de Tabaco y, cómo no, la Plaza de España. Que es lo que habíamos recorrido por la mañana, sí, pero esta vez con contexto histórico.

Tras el tour nos vamos a buscar a nuestra amiga para cenar, concretamente en un sitio llamado XXX en el que cenamos de lujo, ¡y eso que llegamos a quince minutos de que cierren la cocina! Tras la cena nos vamos a dar un paseo por el río, porque si algo nos gusta a nosotros son las ciudades con un río hermoso por el que pasear.

De camino a casa nos da por calcular cuántos kilómetros hemos hecho… pues nada más y nada menos que 26! Nada mal para un día que habíamos pensado tomarnos con calma 😅

Domingo

Nuestro último día en Sevilla empieza con el desayuno, obviamente, unas porras para decir adiós a esta miniescapada que nos ha cargado las pilas a tope (pese a la paliza de ayer). Luego nos vamos a visitar la Catedral de Sevilla, a la que ayer no llegamos a entrar. La verdad es que es impresionante por dentro, mucho más gótica que por fuera 😅

Luego vamos al Archivo de Indias, que no es el edificio más espectacular del mundo pero su contenido sí que es bastante espectacular. En este edificio se conserva todo lo que se escribió tras el «descubrimiento» de América: diarios, cartas, mapas… una auténtica pasada. Posiblemente mencionar que en este edificio se conserva el original de las Capitulaciones de Santa Fe sea suficiente para poner en contexto el enorme valor histórico que tiene este lugar. Y encima la visita es gratuita.

El siguiente punto de la visita es el Hotel Alfonso XIII, que uno podría pensar que era un palacio reconvertido en hotel pero… error… siempre ha sido un hotel. Se construyó para la Exposición Universal (la de Curro no, la otra) y es una absoluta pasada. Es tal su valor arquitectónico e histórico que pertenece al Ayuntamiento de Sevilla y, aunque sigue utilizándose como hotel, se puede visitar la planta baja gratuitamente aunque no se esté alojado en él. Y merece muchísimo la pena.

Tras esta visita nos vamos a una de las iglesias barrocas más impactantes de Sevilla: la del Salvador. Que si por fuera es normalita, por dentro se te cae la mandíbula al suelo de lo impresionante que es.

Para despedirnos de Sevilla nos vamos a comer un buen montadito de pringá a la Bodeguita Romero (también recomendamos las croquetas de rabo de toro, te caes de espaldas). La pringá es algo que no puede faltar en cualquier visita a Sevilla, eso está claro.

Antes de despedirnos definitivamente de la ciudad, nuevo paseo por la orilla del río, pero esta vez por la calle Betis… el resto de Triana nos queda pendiente para la siguiente visita, que esperamos que no sea dentro de mucho.

 

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