Islandia: Itinerario y preparativos
Islandia: Itinerario y preparativos

Islandia: Itinerario y preparativos

 

¡Por fin! Llevamos meses persiguiendo este viaje y por fin se ha hecho realidad. Desde que el volcán Fagradalsfjall entró en erupción queríamos ir a Islandia. Bueno, queríamos ir desde antes, pero esta nos parecía una oportunidad perfecta e irrepetible. No es que los volcanes entren en erupción a diario, sobre todo volcanes tan visitables como este (y menos mal).

Intentamos viajar allí en junio. De hecho montamos todo el viaje y teníamos todo preparado para que, en el momento en que cumpliéramos los requisitos para entrar en el país sin cuarentena… pero no hubo suerte. Esperamos hasta dos semanas antes por si acaso, pero nada, sin vacuna y sin anticuerpos, había que estar 5 días de cuarentena… y en un viaje de una semana no era factible. Así que nos fuimos a Egipto y el sueño de Islandia quedó aparcado.

Las vacaciones este año estaban difíciles en verano por temas laborales pero, tras muchos intentos por fin conseguimos cogernos una semana a primeros de septiembre. Justo cuando se cumplía un mes desde que habíamos completado la pauta de vacunación. Es decir, que en principio teníamos vía abierta para viajar a Islandia… así que empezamos a preparar el viaje 🙂

El itinerario

El itinerario lo tuvimos bastante claro desde el principio: con los días que teníamos no podíamos hacer mucho más que la Ring Road (la carretera que rodea la isla). Nos hubiera gustado acceder a las Tierras Altas y pasar unos días por allí, por supuesto, pero para eso sería necesario como mínimo una semana más y no era algo factible. Así que nos centramos en los puntos más fuertes de la Ring Road.

La única duda era en qué sentido hacer la ruta. Al principio pensamos en hacerla en sentido antihorario, que suele ser lo más habitual, pero al final nos acabamos decidiendo por hacerla en sentido horario porque nos cuadraban mejor los puntos clave del viaje con las horas clave (las de mejor luz para las fotos) y porque nos daba la sensación de que así iríamos de menos a más, dejando los sitios más espectaculares del viaje al final de la ruta. También porque el tiempo iría empeorando a medida que avanzara la semana y en la parte norte suele hacer peor temperatura que en la sur. Vamos, un poco de todo.

Los vuelos

La mayor odisea de todo el viaje. Volar en estos tiempos es muy complejo. Los vuelos directos de Madrid a Keflavík salen solo ciertos días con Iberia, el resto de los días toca hacer escala. Hacer escala en según qué países es un quebradero de cabeza e implica cumplir más requisitos (como PCR, por ejemplo, que incrementa notablemente el precio del viaje). Así que necesitábamos buscar vuelos que nos cuadraran en fecha y que hicieran escala en países europeos que no pidieran más requisitos que el certificado de vacunación. Los vuelos directos de Iberia los descartamos por precio y porque la ida solo podía ser jueves o sábado, el viernes teníamos que trabajar sí o sí y volar el sábado (aterrizando el domingo) nos hacía perder un día de viaje y no es que fuéramos sobrados. Así que tocó hacer malabares con las compañías y los horarios.

Al final la cosa quedó así:

-AVE desde Madrid a Barcelona. Nos parecía la mejor opción. El AVE es rápido, es fiable y el precio era muy razonable. Además hacer escala en Barcelona nos daba mucha tranquilidad, al ser territorio nacional. Otra ventaja era que facturar en el tren costaba una tercera parte que en cualquier compañía aérea, que ya suponía bajar un poco esa partida, y que nos evitábamos tener que recoger la maleta en una escala corta, con el riesgo que eso implica (porque esa es otra, todos los vuelos que encontramos eran con compañías independientes, así que si queríamos facturar nos tocaba recoger la maleta y volver a facturarla).

-Vuelo con SKY de Barcelona a Keflavík. Llegando de madrugada, que nos complicaba un poco la vida a la hora de alquilar la camper, pero bueno… el precio era bueno y no tuvimos ningún problema con ellos, que con otras compañías estábamos leyendo que había cancelaciones y rollos. Nosotros muy bien y eso que el avión iba casi vacío.

Para la vuelta cogimos un vuelo de Keflavík a París con Transavia y luego un vuelo de París a Madrid con Vueling. En Orly no nos pidieron absolutamente nada, ni vacuna ni formulario ni nada de nada.

Camper

Teníamos muy claro que queríamos recorrer el país en camper. Queríamos probar la experiencia desde hacía mucho tiempo y el destino nos parecía perfecto, así que ni siquiera contemplamos otras opciones. Y viéndolo en retrospectiva, nos alegramos. Consideramos que Islandia es un destino ideal para hacer en camper, te da mucha flexibilidad y seguridad ir con la “casa” a cuestas.

Después de mirar y comparar muchas, muchísimas compañías (posiblemente no hayamos dejado una sin mirar), nos decantamos por Northbound.is. La verdad: a las alturas a las que empezamos a hacer reservas (cuando ya tuvimos confirmadas vacaciones y vacunación) la oferta era escasa y quedaba lo que quedaba. Pero en Northbound vimos una camper Dacia Dokker calefactada que tenía un precio razonable. La empresa en sí no era la que nos alquilaba directamente, la reserva final fue con Wild Camper, pero curiosamente nos salía mejor alquilar a través de ellos que directamente con Wild Camper, no tengo ni idea de por qué. La experiencia final con ellos fue regulera y no los recomendamos en absoluto: llegaron tarde al aeropuerto (casi una hora, pese a que habíamos pagado 50€ por la recogida de madrugada y el traslado de 10 minutos a su oficina), nos dieron un vehículo bastante destartalado (de hecho nos tocó ir a la mañana siguiente a que nos arreglaran una de las puertas porque no se abría desde dentro y teníamos que salir por la puerta del conductor) y poco equipada (un colchón sobre una madera y una cortina que ni siquiera cubría toda la ventana, dos vasos, dos platos, olla, sartén y camping gas). En general la experiencia no fue muy positiva con ellos, pero el coche funcionó hasta el final, así que bueno.

Los precios del alquiler se inflan con los extras, así que hay que pensar muy bien qué necesitas y qué no. Cada compañía tiene sus tarifas, incluye unas cosas y otras no, por lo que es importante fijarse bien qué está ya incluido para no meterlo dos veces. Por ejemplo, algunas te ofrecen alquilar sacos, pero la camper ya viene con edredón, colchón y sábanas. Nosotros tuvimos que pagar aparte la ropa de cama (sábanas, un nórdico y unas almohadas) y decidimos no coger nada más porque no íbamos a utilizarlo o lo íbamos a llevar desde España. El inversor, por ejemplo, que es bastante útil, te cuesta igual comprarlo en España que alquilarlo allí. Nosotros ya lo teníamos, pero es recomendable fijarse en este tipo de cosas.

Sobre los seguros… pues el básico suele venir incluido, con una franquicia bastante alta. En nuestro caso 500.000 kr, que es lo que te dejan bloqueado en la tarjeta de crédito cuando recoges el coche (ojo, tiene que ser de crédito sí o sí). Se puede bajar la franquicia pagando un seguro más caro y también te ofrecen seguros para las ruedas, para la ceniza, la grava, las lunas… opciones hay de sobra. Nosotros, tras mirarlo mucho, decidimos coger el seguro con una compañía externa. El precio era bastante más ajustado y nos cubrían los primeros 3.500€ (la cobertura se puede ampliar hasta 6500€). El problema de los seguros de la compañía de alquiler, al menos de esta, es que tienen franquicia para todos los casos… así que llegamos a la conclusión de que tenía más sentido coger un seguro que nos cubriera eso. Lo cogimos con Rental Cover tras mucho mirar porque no todos te admiten Islandia o una camper. Como al final no tuvimos ningún problema (y eso que circulamos por carreteras de grava) no podemos decir si funciona bien o no.

Los camping

Como no sabíamos muy bien qué nos iba a llevar cada cosa, decidimos dejarlo todo a la improvisación. Para eso, buscamos todos los campings disponibles y los pusimos en un mapa, seleccionando los que nos pillaban más cerca de las localizaciones que queríamos visitar y buscando información sobre ellos. Es importante hacer esto último porque no todos los camping tienen ducha, por ejemplo, y te puedes llevar una sorpresa.

Lo que sí es importante es saber que en Islandia ya no se permite la acampada libre. Leímos muchos blogs, más antiguos, en los que sí acampan por libre pero ya no es posible… una pena, porque la verdad es que hubiera sido una pasada poder dormir en ciertos sitios (y no tener que pagar los camping, que algunos son caros para lo que ofrecen).

Valoramos también coger la Camping Card, que cuesta 149€ para dos adultos. Nosotros teníamos que pasar un total de 7 noches de camping, es decir, que con la Camping Card nos salía aproximadamente a unos 21€ por noche de camping. Por los precios que habíamos visto, una noche de camping cuesta entre 20 y 30€ para dos personas y en la Camping Card no se incluyen las tasas ni las duchas. Vamos, que nos salía más o menos igual de precio y nos limitaba a la hora de elegir camping… así que lo descartamos. En cualquier caso, el ahorro iba a ser mínimo y ganábamos en libertad.

Las excursiones

Si algo teníamos claro, aparte de que queríamos ver el volcán en erupción, era que queríamos visitar una cueva de hielo. En verano es complicado esto, de hecho la idea viene del año pasado, cuando ya estuvimos valorando viajar a Islandia en octubre (pero las restricciones nos dejaron con las ganas). En verano solo hay una cueva visitable: la cueva de Katla. Y ni siquiera esto es así, las cuevas de hielo aparecen cada vez en un sitio y no son eternas, se derriten, se vuelven peligrosas y aparecen otras. Es decir, que cada vez visitarás una cueva distinta.

Tras mucho mirar, al final nos decidimos por Troll Expeditions, que tenían buenas referencias, nos cuadraban muy bien en fechas y horarios y, además, con el 10% de descuento que encontramos nos salía razonable de precio. Ya nos vinimos arriba y decidimos coger también un trekking por el glaciar Skaftafell, que es una espinita que teníamos clavada desde que tuvimos cancelar el viaje a Antártida y Patagonia que teníamos montado para finales de 2020 por la pandemia.

Estando allí, y viendo que el volcán no entraba en erupción, nos decidimos también a visitar Landmannalaugar. Las excursiones son exageradamente caras, pero ir en autobús es bastante razonable. Los autobuses no salen todo el año, de hecho acaban a mediados de septiembre, ni a todas las horas. Concretamente salen a las 8:45 de Hella, que es desde donde salimos nosotros, y regresan a las 15:45. Tardan unas dos horas y salen por 11.000 isk por persona (unos 70€). Nosotros lo cogimos desde Hella porque estábamos al lado, pero también se puede coger en Reykjavik, solo que tarda más en llegar y sale antes. Lo cogimos con Reykjavik Excursions y, ojo, aunque ponía que no quedaban plazas, llamamos y nos dijeron que sí, que cierran la venta cuando el autobús llega a cierta capacidad pero que se pueden reservar por teléfono.

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