Nuestros dos días por la capital Austriaca dieron para muchas fotos: de noche o de día, Viena es una ciudad majestuosa. Imperial, como los Hasburgo la concibieron en su día. Viva, como la han hecho sus habitantes, los que a diario la recorren en transporte público, a pie, en bicicleta… los que llenan sus parques y beben de sus fuentes. Una ciudad fuerte y decidida, llena de vida.
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