Salimos de Williams tras un desayuno de lo peorcito en nuestro hotel. Solo os diré que la propietaria se fue a comprar el desayuno a otro lugar, podéis imaginar lo que nos pusieron… sí, bagels. Para variar.
Nuestra primera parada fue Seligman, uno de los pueblos de la histórica Ruta 66. Fundado en 1886 en la ruta ferroviaria que va desde Prescott a Santa Fé, el pueblo era conocido como el Cruce de Prescott, hasta que adquirió el nombre de un importante banquero de Nueva York que financió la construcción de las instalaciones ferroviarias.
Después paramos en Peach Springs, donde se supone que había algo que ver, pero nosotros no vimos nada que mereciera la pena y pasamos de largo.
Luego vino Hackberry su General store, una de las paradas que más me gustó. Se trata de una antigua gasolinera. Este pueblo quedó abandonado tras la fiebre del oro, como muchos otros de la zona. Años más tarde, en 1992 un artista decidió convertir la vieja gasolinera en un museo de la Ruta 66 y una tienda de souvenirs.
Seguimos hasta Kingman, donde paramos a tomarnos un batido en el famoso Dr.Z (la famosa locomotora está justo enfrente) y a Oatman, un antiguo pueblo minero en el que los burros campan a sus anchas desde que los mineros los abandonaron allí. Este fue mi pueblo favorito de toda la ruta.
Si vais a Dr.Z, pedir un batido para cada dos, por cierto. Son gigantescos y encima te dan una coctelera con un poco más. Los dos batidos que pedimos nos costaron 13$.
Hicimos una parada técnica en Barstow para comer en Taco Bell (era la hora feliz y nos salió cada burrito a 1$, por lo que comimos los 4 por 12$) y echar gasolina.
No he comentado nada aún, pero la gasolina allí es bastante barata. Rondaba los 3- 4$ por galón (4 litros y medio aproximadamente). En algunos sitios llegaba a 5$, sobre todo en las zonas con pocas gasolineras y en las zonas más ricas de Los Angeles.
Llegamos a Los Angeles a las 7 de la tarde. Nos quedábamos en casa de mi amigo Andrew, que vive en Koreatown. Dejamos las maletas, nos dimos una ducha y, siguiendo su consejo, subimos al observatorio Griffith para ver la ciudad de noche. Como fuimos a última hora, nos resultó muy sencillo aparcar (gratuito). Cenamos en un Jack in The Box por 24$ los 4 y nos fuimos a casa a descansar un poco.