Salimos de Barajas a las 9 de la mañana, bastante emocionados. El primer vuelo fue bastante bien. Las filas eran de dos personas, lo cual resulta bastante cómodo para vuelos tan largos. La comida del avión mala, pero aún está por ver una comida de avión aceptable. Las pantallas de las películas eran minúsculas y estaban la otra punta del avión, por lo que opté por leerme un libro.
Hicimos escala en Charlotte, NC. Un aeropuerto pequeño pero con bastantes servicios, en el que te ubicas rápidamente. Tres horas y media de escala, perfecto para recoger las maletas y pasar el control de pasaportes. No recomiendo coger menos, quizás sea apurar demasiado.
El segundo vuelo fue pésimo. No nos dieron ni una triste almohada. Dos vasos de agua y las gracias, para cinco horas de viaje. Es el problema de que tu país sea inmenso, que un trayecto local se convierte en un vuelo de larga distancia.
Tras unas 18 horas de vuelo (con escala), llegamos a San Francisco totalmente reventados, así que optamos por coger un taxi hasta el apartamento. Nos salió por unos 50$ con propina incluida.
El apartamento estaba en Little Saigon y lo reservé a través de AirBNB. La zona es un poco deprimente, demasiado cerca de Tenderloin, el barrio más conflicitivo y con mayor índice de criminalidad de la ciudad. Nos dió un poco de miedo al principio, aunque el dueño del apartamento nos tranquiliizó en todo momento y nos aseguró que no era un barrio peligroso. Lo cierto es que no tuvimos ningún incidente en toda nuestra estancia.
Estabamos tan cansados que no le dimos más vueltas, bajamos a coger unas pizzas para cenar a un bar que había en la esquina y nos acostamos.