Bolivia es una explosión de color, de tradición, de vida. Es el país que avanza hacia el presente sin dejar de mirar al pasado. Un lugar donde las agujas del reloj giran al revés. Que se vive en las calles. En los mercados. Un país de naturaleza, de paisajes de ensueño, de lagunas de mil colores. Bolivia es sabor, es historia, es música. Caótica, indomable, salvaje. Una cholita de piernas torneadas y anchas caderas vendiendo fruta fresca en el mercado. Un flamenco rosado sobrevolando el altiplano. Bolivia se cuela en tu cabeza como el estribillo de una canción. Y se queda ahí, casi sin que te des cuenta.