Tercer día en La Palma y ya estamos con la sensación de llevar aquí semanas. Nos encanta esa sensación cuando estamos viajando: la de desconexión total, como si no hubiera otra vida que la que tenemos cuando estamos con la mochila a cuestas. ¡Qué falta nos hacía! Ha sido un año intenso y nuestras cabezas necesitan esto como el respirar.
Volcaneando
Nuestra primera parada de día es Teneguía, donde visitamos el volcán de San Antonio. La entrada cuesta 5€ por persona y tiene un centro de interpretación que está bastante chulo.
Se puede pasear por el borde del volcán, como ya hicimos en el Calderón Hondo de Fuerteventura, algo que siempre nos encanta… aunque aquí también pillamos viento, que es algo que dificulta un poco cualquier paseo.
Desde las alturas se puede ver el volcán de Teneguía, que erupcionó en 1971 y que formó todo el paisaje que se ve a su alrededor, lo que se conoce como malpaís. En el centro de interpretación tienen un vídeo bastante interesante sobre la erupción que merece la pena ver.
Del volcán bajamos hasta el faro y las salinas de Fuencaliente. Se pueden recorrer de manera gratuita, o al menos nosotros no vemos que cobren en ningún sitio, y tienen unos carteles explicando cómo es su funcionamiento. Nosotros ya nos lo conocemos porque no son las primeras salinas que visitamos, pero no deja de estar curioso. Desde las salinas se puede ver el faro.
Al terminar, como nos queda al lado, vamos a ver la playa de Echentive. Es una playa muy curiosa porque tiene unas charcas naturales dentro, de color verde, muy llamativas y fotogénicas. Justo en la playa está la famosa Fuente Santa, que no se puede visitar actualmente.
Bosques, miradores y atardeceres
Nos vamos hasta el refugio de Pilar, donde hacemos a pie una parte de la ruta de los volcanes. No la hacemos completa por falta de tiempo, no de ganas. Es un pinar precioso, que encima se complementa con una niebla ligera que lo hace aún más espectacular.
Nos lo pasamos en grande haciendo fotografías en este lugar tan mágico y aprovechamos para sacar el macro, nuestro nuevo objetivo.
Luego nos vamos hasta el mirador Llano de Jable, donde vemos atardecer.
Para rematar el día, vamos a cenar a los Llanos y así, de paso ver la ciudad, que es muy bonita y, nuevamente, a intentar a hacer fotos nocturnas a Puerto Naos, truncadas por las perpetuas nubes.