Empezamos el día dirigiéndonos hacia el Cubo de la Galga, una de las rutas que nos quedan pendientes. Es un paseo no muy largo y sin mucha complejidad, pero del que tenemos muchísimas ganas: por lo que dicen, uno de los más bonitos bosques de laurisilva nos espera en todo su esplendor 🙂
Un bosque de laurisilva
La ruta transcurre por un bosque de laurisilva, precioso -como todos- pero, llegados al propio cubo de la galga, la belleza que nos rodea es indescriptible. Un bosque de helechos a varias alturas. Una absoluta pasada. Nos habían hablado de este lugar pero no nos lo imaginábamos tan espectacular como resulta ser. Nos alucina.. y nos frustra un poco no ser capaces de captar con la cámara lo increíble que es.
La verdad es que los senderos y caminos de La Palma nos gustan mucho: están muy bien indicados y resulta fácil seguirlos. Además, hay como un millón de rutas y opciones para hacer (esta isla es el paraíso del senderismo). Es una pena que nos vayamos a quedar sin hacer dos de las rutas más espectaculares que tienen: Marcos y Cordero y la caldera de Taburiente. Nos tocará volver.
Nos quedamos un buen rato en el cubo de la Galga, haciendo fotos como si lo fueran a prohibir. Se nos está yendo totalmente de las manos lo de las fotografías este viaje, ya veremos con cuántas acabamos (spoiler: más de 6000).
El Pico de la Nieve
Después cogemos el coche y nos vamos hasta el Pico de la nieve -uno de los pocos sitios que están abiertos estos días-. Tenemos la suerte de que está el cielo despejado (parece que esta isla solo se nubla cuando sacamos el trípode) y podemos ver el Teide desde las alturas de La Palma, cosa que no conseguimos ayer desde el Roque de los Muchachos por las nubes. Así que maravilloso.
La única pena es que la carretera es un caos: no hay mucha gente pero, como tienen cerrados los aparcamientos arriba, no se puede atravesar el Roque por arriba y no hay casi apartaderos, todo el mundo está parando malamente en los arcenes y resulta un peligro. Nosotros paramos pero nos bajamos de uno en uno, para no dejar el coche solo y así poder moverlo si viene alguien. Por suerte, no hay problemas en el ratillo que estamos tirando fotos.
Garafía
Subimos hacia el norte de la isla, la zona de Garafía. Vamos al bosque de dragos que hay cerca, y la verdad es que no llegamos a entender que esté tan mal indicado y tenga un acceso tan poco cuidado a un sitio tal diferente, curioso y genial.
No es que cueste encontrarlo, pero hay un momento en el que deja de haber señales y uno no sabe si ha llegado, si se lo ha pasado o si se ha perdido. Además, luego el bosque en sí está un poco descuidado y toca meterse un poco a lo loco para verlo. Pero es una pasada, los dragos son mágicos.
Terminamos el día y el recorrido por La Palma en el mirador de Santo Domingo, con un precioso atardecer sobre el mar que nos deja encantados.