Yu garden, el templo del Dios de la ciudad y el mercado de solteros de Shanghai (2)
Yu garden, el templo del Dios de la ciudad y el mercado de solteros de Shanghai (2)

Yu garden, el templo del Dios de la ciudad y el mercado de solteros de Shanghai (2)

 

Empieza nuestro segundo día en Shanghai, aún arrastrando el cansancio y el jet lag de vuelo. Hoy nos espera un día intenso porque por la noche tenemos previso volar a Guilin y cambiar de zona.

Lo primero que hacemos es salir en busca de desayuno. Compramos unas galletas en una tienda que hay en nuestra propia calle y, aprovechando que la distancia es razonable, nos vamos a pie hasta los jardines de Yuyuan. Cuando hablamos de razonable queremos decir una media hora a pie, pero en esta ciudad las distancias son inmensas.

Los jardines de Yuyuan

Los jardines están dentro de un centro comercial, el Yuyuan garden mall… pero no es un centro comercial al uso. Son tiendas establecidas en una antigua zona comercial imperial, que conservan la arquitectura clásica de la época. Vamos, que es una preciosidad el sitio.

Este jardín histórico fue construido durante la dinastía Ming, específicamente en el siglo XVI, por un oficial llamado Pan Yunduan como un lugar de retiro para sus padres. La entrada cuesta 30 yuanes por personas y es una maravilla, sobre todo los tejados con forma de dragón son una absoluta pasada. Eso sí, hay muchísima gente… pero como en todas partes. Esto es China, es mejor acostumbrarse.

Nuestra siguiente parada es el templo del Dios de la ciudad, pero como están celebrando al parecer el cumpleaños del dios, está cerrado hasta las 12. Así que aprovechamos para recorrer las tiendas y descansar un poco en Goucheng park, que tiene un idílico bosque de bambú en el que relajarse. Curioso también ver a la gente practicando tranquilamente taichi en el parque o bailando en grupos.

 

 

En el templo entramos gratis y nos dan incienso para ofrecerle al dios. Está hasta arriba de gente y de ofrendas. Curiosamente, en los templos budistas se ofrece comida a los dioses, comida que posteriormente se tira intacta. Nos da bastante pena que se haga esto, hemos visto hasta como vaciaban botellas de agua y, al menos separaban el plástico esperamos que para reciclar.

Para comer compramos un xiao long bao de cangrejo, típico de Shanghai. Es un bao gigante relleno de sopa de cangrejo que se absorbe con una pajita. La verdad es que está riquísimo. También nos cogemos unos pastelitos de carne que están muy buenos y unos helados tallados con dibujos del jardín, de té verde y queso.

Curiosamente, hay bastantes chicas vestidas de manera tradicional en la zona de las tiendas, no sabemos si disfrazadas o qué. Hacemos algunas fotos y, después, nos desplazamos a nuestro siguiente destino.

Tian Zi Fang

Nos vamos en metro hasta Tian Zi Fang, el antiguo barrio de la Concesión Francesa en el distrito de Luwan de Shanghái. Originalmente, Tian Zi Fang era un área residencial que consistía en estrechos callejones y casas tradicionales shikumen, que son viviendas chinas de piedra con características arquitectónicas únicas.  Con los años, se ha convertido en una zona comercial y de ocio nocturno.

La verdad es que nos decepciona un poco, es más una zona de souvenirs que otra cosa, con mucha gente y productos más bien caros. Eso sí, hay un montón de baños públicos, algo que nos sigue sorprendiendo de este país, porque son gratis y suelen estar bastante limpios.

Lo recorremos rápido porque básicamente son dos calles, así que decidimos movernos para ir regresando al hotel, ya que tenemos que coger las maletas y marcharnos al aeropuerto.

El mercado de solteros

Pero antes de irnos al hotel, pasamos por el mercado de solteros de People’s park, aprovechando que es sábado. Los fines de semana en este lugar se juntan padres, madres y agencias para anunciar a los solteros y solteras de la zona y, si hay suerte, negociar y concertar matrimonios. Tenemos que tener en cuenta que la sociedad China le da mucho valor al matrimonio con fines reproductivos, así que este “Tinder” analógico tiene muchos adeptos. Vamos, que está hasta arriba.

En los carteles se pueden poner datos básicos como la edad, y sorprendentemente la mayoría rondan los 40, la estatura y algo imprescindible como es el signo zodiacal. También aparecen datos como la profesión, el nivel de renta, qué posibles tienen (casa propia, coche…), qué buscan en una pareja y su ciudad de procedencia, porque al parecer tener 7 apellidos de Shanghai es como ser de sangre real, no te vale cualquiera para casarte.

Un chico se para a hablar con nosotros en un inglés bastante macarrónico y nos cuenta que quiere buscar una novia española. La policía pasa y le dice algo que no entendemos, pero el chico se va de inmediato. Es raro, la verdad.

El bullicio es tremendo y la cantidad de gente brutal. No sabemos si saldrá alguna pareja del día de hoy y, sinceramente, tampoco tenemos claro hasta qué punto los solteros ofertados están al tanto de esto e interesados. Por cierto, curiosamente casi ningún perfil tiene foto.

Nos vamos a otra zona del parque donde hay un montón de almendros en flor, donde un montón de gente se está haciendo fotos. Nosotros le hacemos un retrato a una chica que va vestida de una manera bastante original, parece una muñeca.

Ya en la calle del hotel cogemos un par de pasteles luna y bolas verdes del primer día para tener algo de comida en el avión y en el barco de Guilin, subimos a por las maletas y cogemos el metro para irnos al aeropuerto.

De camino a Guilin

Pasamos los controles del aeropuerto sorpresivamente rápido, la verdad es que el aeropuerto de Shanghai funciona fenomenal. Volamos con Shanghai Airlines y somos los únicos extranjeros en el avión que, por cierto, coge muchísimas turbulencias.

Al llegar, el conductor que hemos contratado a través del hotel nos está esperando. Es un trayecto de aproximadamente una hora hasta la ciudad y, llegando a medianoche como llegábamos, no nos apetecía perder el tiempo buscando transporte. Nos ha costado unos 20€ la cambio.

El hotel de Guilin está inesperadamente bien, la habitación enorme y muy bien equipada. Todos los hoteles de China parecen facilitar cepillo de dientes, zapatillas y secador de pelo a sus huéspedes. Eso sí, el colchón está como una piedra… pero como estamos reventados, caemos a plomo y nos quedamos dormidos de inmediato después de una ducha calentita.

 

 

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