Todos los viajes empiezan con ese hormigueo en el estómago, los nervios, las preguntas: ¿lo llevo todo? ¿He cogido el pasaporte? ¿Confirmé esa reserva? Este, además, arrastra la duda de desplazarnos al otro lado del mundo con nuestra hija por primera vez. ¿Lo estaremos haciendo bien? ¿Será muy duro? Un mes fuera de casa, un mes compartiendo cada minuto de nuestro día con ella en un viaje que será la primera vez fuera de Europa para los tres. Todo un reto este viaje a Japón con bebé.
Se prevé un día largo. Salimos de casa a las 9 de la mañana y no llegamos al alojamiento hasta las 16:00 del día siguiente (hora de Japón, las 9:00 en España). En total, 24 horas de viaje.
Volando con Air China
Volamos con Air China por primera vez. Todo bien: comida más occidental de lo esperado y vuelo sin incidencias. Nos estrenamos también en las ventajas de viajar con un bebé: cuna y asiento con más espacio para las piernas, eso sí, previa llamada a la aerolínea para reservar (en nuestro caso se encargó Trip.com).
No tenemos tiempo de ver nada, aunque la niña se porta fenomenal: duerme un montón y apenas llora, solo cuando tiene hambre. Aun así, un bebé es intenso en un vuelo. Cuando no estás jugando con ella, estás durmiendo para reponer fuerzas. Te quedan pocas ganas de ver películas. No obastante, nos da tiempo a echar un vistazo y comprobar que tienen oferta occidental, aunque los subtítulos únicamente están disponibles en inglés o, directamente, no hay. También tienen un par de películas españolas.
La escala en China es un desastre: colas interminables y mala gestión. Al final tardamos bastante, aunque llegamos a tiempo al siguiente vuelo. Nos sorprende porque, en nuestro viaje a China, nos llevamos la impresión de que el acceso al país fue rápido y eficiente… pero esta vez, desde luego, no es la experiencia que tenemos.
El segundo trayecto, pese a ser más corto, nos sorprende con una cena. La verdad es que Air China muy bien, nos ha sorprendido gratamente.
Llegada a Japón
La entrada en Japón es rápida y organizada: mostramos el QR del formulario rellenado en línea y todo correcto. Eso sí, nos quitan el bocadillo de jamón que no nos habíamos comido durante el vuelo (y que metimos en previsión de que la comida pudiera resultar terrible, cosa que no ha sucedido).
Como estamos agotados y sin ganas de buscar transporte, cogemos el autobús Limousine Express a Shinjuku por 3.600 yenes por persona, que sale justo desde la zona de llegadas. Posiblemente haya opciones más económicas, pero el bus está muy bien: tiene wifi, no coge atasco y resulta más cómodo que el tren, que además es más caro. Nos gusta que tengan control de maletas al recogerlas, nos da sensación de fiabilidad.
Al bajar del autobús comprobamos que está lloviendo bastante, así que tomamos el metro de Shinjuku hasta el alojamiento (a una parada con la JR Line). Vivimos unos momentos de mucho caos porque salimos por la salida opuesta a la que vende las tarjetas Suica, y esto en una estación de tamaño de la de Shinjuku es una historia importante. Para colmo, solo aceptan efectivo en las máquinas y en la taquilla, pero ni tenemos efectivo ni vemos ningún cajero cerca. Finalmente, nos explican que tenemos que ir al JR Travel Service Centre a comprar la Welcome Suica, que se puede pagar y recargar con tarjeta, y a sacar dinero en la estación de autobuses frente a la de tren. Es una odisea porque hay muchísima gente en la estación, lo cual resulta un poco agobiante y, entre la lluvia, la niña y el equipaje resulta bastante desafiante, pero finalmente lo conseguimos.
Por fin llegamos al alojamiento. Pequeño, pero correcto. No es un lugar que recomendaríamos para familias, pero con un bebé te puedes apañar. Una ventaja es que la calle está llena de tiendas y restaurantes, incluyendo farmacias y un Don Quijote bastante grande donde compramos pañales (1.800 yenes) y tarjeta SIM (5.000 yenes por 15 GB para un mes). La cena la compramos en un konbini (Lawson) con descuento —pensábamos que el precio rebajado era el final, pero no— y, completamente agotados, sobre las 9 de la noche nos vamos a dormir.