Los adictos a las compras que somos necesitaban una nueva dosis, así que decidimos pasar la mañana en Citadel Outlets (100 Citadel Dr #480).
Antes hicimos una pequeña parada en Los Callejones, contra todo consejo de mis amigas, que me habían dicho que no merecía la pena. Tenían razón. Un mercadillo a lo bestia, en el que los precios no son tan buenos como pintan y la ropa no es nada del otro mundo. No perdáis el tiempo en ir. Además la zona da un poco de mal rollo.
En Citadel, ya sí, nos encontramos en nuestra salsa y salimos nuevamente cargados de bolsas.
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Paramos a comer en In N Out, una cadena de comida rápida que nos habían recomendado la noche anterior. Buenísimas hamburguesas y de vicio las patatas “animal style”, unas patatas fritas con una salsa de cebolla y queso que está deliciosa. También nos animamos a probar la hamburguesa ‘protein style’, que es una hamburguesa normal pero envuelta en lechuga en lugar de pan. La comida para 4 por 29$. Muy recomendable, además los hay a patadas en California. De hecho, yo diría que es el Shake Shak californiano.
A las 5 estábamos de vuelta, para dejar las bolsas y salir rápidamente al estadio de los Dodgers, donde habíamos quedado con Andrew, nuestro anfitrión. El parking del estadio nos salió por 10$, el precio de las entradas lo desconozco porque fueron un regalo.
Jugaban los Dodgers contra los Phillies y el estadio estaba bastante lleno. El partido en sí me pareció un poco aburrido, sigo sin entender en qué consiste el juego, pero yo no me entero de ningún deporte, así que no soy una gran referencia. El espectáculo es de lo mejor, estos americanos saben como montar estas cosas, son increíbles. Eso sí, os aviso de que los precios dentro del estadio son elevados: 12$ una cerveza, 5$ un perrito. Aún así, todo el mundo iba con las manos llenas de comida. Nosotros llevábamos tickets para refrescos gratis que nos había conseguido mi amigo Andrew por una promoción.
Decidimos salirnos un poco antes de que acabara el partido para no comernos todo el tráfico que se iba a formar. Ojo con el parking, porque es inmenso. Está numerado del 1 al 12, quedaros bien con donde aparcáis el coche porque eso es una locura luego. De hecho, nosotros habíamos aparcado en el 12 y nos confundimos al salir, por lo que nos tocó dar toda la vuelta al ruedo y, al final, nos comimos el atasco de salida enterito.