Diario de Uganda (4): Los leones trepadores de Queen Elizabeth
Diario de Uganda (4): Los leones trepadores de Queen Elizabeth

Diario de Uganda (4): Los leones trepadores de Queen Elizabeth

 

Nos levantamos con el amanecer, pero no por que tengamos que empezar muy pronto a recorrer el parque, si no porque queremos ver el sol en el rio y explorar la zona.. que ayer cuando llegamos nos quedamos con las ganas. De hecho, el game drive no empieza muy tarde porque los leones trepadores, principal atractivo del área de Ishasha, no empiezan a subir hasta las 9 de la mañana aproximadamente,  cuando el calor ya aprieta.

Ishasha

En Queen Elizabeth sucede algo que no es normal entre los leones: han adquirido la costumbre de subirse  a las ramas de los árboles a pasar el día. ¿Por qué? Bueno, no se sabe a ciencia cierta. Se especula con la idea de que lo hagan para evitar la picadura de la mosca tsé-tsé, endémica de la zona. También dicen que es para evitar la humedad del suelo. Es algo curioso y único en el mundo, así que morimos de ganas de intentar verlo.

Queen Elizabeth es el parque nacional más visitado de Uganda y ocupa una superficie de 1978 km² (es la segunda mayor del país, detrás de Murchison Falls). Los animales más fáciles de ver en este parque son los facóqueros, búfalos y antílopes -aquí no se pueden ver jirafas ni cebras, cosa rara en África-, pero es lo que hay. Leones hay, pero no muchos (se calcula que unos 200 aproximadamente), por lo que ver uno y encima subido a un árbol pues ya es toda una suerte.

 

Con estas estadísticas casi se podía prever que nuestro game drive no iba a ser un éxito.. y efectivamente, no termina siendo gran cosa. No conseguimos ver los leones, lo cual nos deja un tanto decepcionados. Es verdad que la naturaleza tiene estas cosas y que teníamos claro a que veníamos, pero no por ello dejábamos de soñar.. así que con un poco de bajón nos vamos a comer a un restaurante local, donde nos ofrecen el menú estándar ugandés: arroz, matoke o ugali con tilapia o pollo.

 

El canal de Kazinga

Tras la comida nos vamos a probar suerte en el Kazinga channel. Se trata de un crucero de 2 horas a razón de 25$ por persona que recorre el canal que une los lagos Eduardo y George. Tiene 32 km de largo y es famoso por tener la mayor concentración de hipopótamos de mundo -cosa que constatamos nada más empezar- y también los populares cocodrilos del Nilo.

El crucero es bastante más exitoso que el game drive de la mañana: Vamos solos en una barquita y vemos bastantes animales, principalmente y como es obvio, hipopótamos, de los que llegamos a ver hasta un hipopótamo albino, que es una cosas bastante rara. También vemos elefantes, un montón de pájaros y algunos cocodrilos, aunque no llegamos a ver los de gran tamaño, que son los que esperábamos. Como colofón. al final del viaje, casi llegando, un hipopótamo salta contra nuestra barca. Es un momento muy tenso, pero afortunadamente no pasa nada y el animal pasa de largo cuando nos retiramos.

 

Segundo intento

Después del Kazinga volvemos a intentar suerte en el parque, Esta vez nos vamos al sector norte, aunque la sensación de que faltan animales es exactamente la misma que por la mañana.. aunque finalmente conseguimos ver a una pareja de leones subida a un árbol (a un sicomoro concretamente)!. Están bastante lejos y, aunque con los prismáticos conseguimos verlos relativamente bien, la verdad es que esperábamos poder verlos algo más cerca. Hay huellas de neumáticos que se acercan al árbol, así que deducimos que los leones suelen estar en ese lugar. Preguntamos a Gerard y nos cuenta que existe una experiencia de rastreo de leones en la que pagas 100$ por persona y vas acompañado de un ranger en la que sí se permite salirse de los caminos. Además los leones llevan un GPS, por lo que el verlos de cerca está totalmente garantizado.

 

No nos termina de gustar la idea, sobre todo de ver que los animales llevan collares como si fueran gatos alrededor del cuello. Si la idea del GPS fuera para protegerlos de los furtivos, pues bien, pero siendo para localizarlos y poder cobrar a los turistas por verlos… nos parece bastante mal. Se supone que aquí los animales están en libertad, todos aceptamos eso al venir y cuando alguien hace un game drive sabe que puede tener o no tener suerte. Forma parte del juego… y esto es hacer trampas.

 

El game drive nocturno

Por la noche nos lanzamos a hacer un game drive nocturno, para ver si tenemos más suerte que durante el día.  Para el safari nocturno se pagan 35$ por persona más 20$ por las linternas. Vamos con un ranger que viene en nuestro coche y Gerard conduce. La idea es ir apuntando con la linterna a los lados, para ver si detectamos ojos. Los que buscamos son los de color rojo, los de los felinos. También hay que parar de vez en cuando a escuchar, para ver si así obtenemos alguna pista.

No hay mucha suerte, para qué negarlo. Los leones hace rato que se fueron del árbol y en los alrededores no vemos absolutamente nada. Mucho antílope, muchas aves y mucho sobresalto al creer ver algo… pero nada de nada. Resulta ser un gran fiasco el game drive nocturno que nos deja con mal sabor de boca y la sensación de que este parque tiene poco que ofrecer. Quizás estamos mal acostumbrados porque nuestros viajes anteriores han sido a sitios con muchos animales, como Tanzania o Botsuana, y Uganda no tiene esa cantidad. A ver si con los siguientes tenemos más suerte.