Primera parada, Singapur (1, 2)
Primera parada, Singapur (1, 2)

Primera parada, Singapur (1, 2)

Como siempre que partimos de viaje, llegamos al aeropuerto con los nervios y la emoción habituales, aunque este es un viaje cualquiera: va a ser nuestro viaje más largo hasta la fecha (nos vamos todo un mes!). También es la primera vez que viajamos con gente, aunque solo sea unos por unos días. Es, además, nuestra boda/luna de miel.. y por tanto también nuestro primer viaje como marido y mujer! Muchas cosas juntas. Muchas emociones que seguro que hacen que no olvidemos nunca 🙂

Singapur, primer día

Un vuelo largo, con escala en Abu Dhabi. Sorprendentemente, no se nos hace nada pesado. Deben ser los servios, o que se yo. Cuando llegamos a Singapur nos encontramos con el resto del grupo. Somos los últimos en llegar, por lo que los tenemos a todos esperando para darnos la bienvenida al país. Nuestra primera misión es llegar al hotel, y con ese objetivo en mente nos dirigimos al metro.

El metro de Singapur es muy bonito y eficaz, pero lo cierto es que está muy mal pensado: el sistema de venta de billetes solo acepta billetes pequeños, por lo que a nosotros nos supone el primer problema del viaje, dado que el cajero solo nos ha dado billetes grandes. Además, hay que comprar los billetes de uno en uno, ya que te dan una tarjeta con una validez de seis viajes, y no permite cargar la tarjeta con más. Es algo a lo que no le vemos mucho sentido.

En cuanto conseguimos los billetes todo se acelera y llegamos rápidamente al hotel 81 Dickson, que resulta ser un poco decepcionante para el precio que tiene: Singapur es una ciudad en la que el alojamiento es caro, pero esperábamos que tuvieran mejores instalaciones. Nuestra habitación es muy húmeda y está algo sucia. No tiene ventanas y, para colmo, la interacción con el personal del hotel no es del todo fácil.

En cualquier caso, queremos aprovechar bien el día, así que dejamos las maletas y nos ponemos rumbo a Marina Bay. Para eso, nos acercamos hasta la estación de metro de Bugis, donde además aprovechamos para comer algo (de camino al hotel habíamos visto muchos puestecitos de comida). Es un sitio con un montón de opciones de comida: india, china, japonesa… Nosotros probamos varias cosas, aunque no nos quedamos con el nombre de ninguna. También nos atrevemos con una tarta de durián, la fruta más famosa de Asia, que resulta saber tan mal como huele. Ya con el hambre bajo control, como tenemos unos descuentos que nos ha enviado Booking, nos dirigimos al Marina Square Mall a sacar las entradas del Marina Bay y demás, aunque al llegar allí resulta que el sistema de pago no funciona, así que nos quedamos sin los descuentos 🙁

Marina Bay

Cogemos el metro hasta Marina Bay y vamos caminando hasta el Parque Merlion, donde encontramos la pequeña (pero impresionante) bahía. Aquí está el famosísimo casino -imagen icónica de Singapur- y la no menos famosa estatua del león de Singapur. Hace muchísimo calor y humedad que, sumados a las 18h del viaje hacen que estemos muertos de cansancio. Aún con eso, la ciudad es bonita, moderna y está muy limpia, y la verdad es que da gusto pasear por aquí.

Vamos caminando hasta los Jardines de la Bahía, donde nos quedamos impresionados con los superárboles. Son alucinantes. Muy bonitos y enooooormes, mucho más de lo que esperábamos Algunos del grupo se quedan en los jardines exteriores y otros decidimos entrar en el Cloud Forest, que es una pasada. Además, hace fresquito, lo cual se agradece muchísimo. La cascada interna es preciosa y la vegetación crea un efecto increíble. Para nosotros merece totalemente la pena entrar.

El precio de la entrada al Cloud Forest es de 16SGD y el horario es de 9 a 21 horas, siendo la última admisión a las 20 horas.

Luces y superárboles

Cuando salimos del Cloud Forest, nos sentamos a esperar a que empiece el espectáculo de luces de los superárboles. Es alucinante: habíamos visto antes espectáculos de este tipo pero, el de aquí, es algo impresionante. La música está perfectamente sincronizada y el efecto de la luz en los árboles es hipnótico.

El espectáculo de luces de los Jardines de la Bahía es gratuito y tiene lugar todos los días a las 19:45 y a las 20:45.

Su duración es de unos quince minutos, que se pasan volando. La pega viene a la hora de salir del recinto, cuando descubrimos que solo hay unas escaleras y una barbaridad de gente, por lo que tardamos un ratito en en subir. Con el resto de turistas vamos a Marina Bay, pero no llegamos a tiempo de ver el espectáculo de la bahía porque era a las 9, así que bajamos al Food Quarter del centro comercial y compramos algo para cenar. Después, absolutamente reventados, volvemos al hotel en metro.

 

Segundo día en Singapur

Nos levantamos por la mañana con energías renovadas, después de un merecido descanso. Vamos a ir a visitar el barrio árabe de Singapur.

Kampong Glam

Este barrio fue una de las primeras zonas habitadas de Singapur. Recibe el nombre de barrio árabe debido a que la mayoría de sus inquilinos son de esta procedencia (concretamente malayos). Es curioso porque realmente es como estar en un país árabe! El cambio de un barrio a otro es brutal, tanto en las personas como en las tiendas y locales de comida.

Allí, nuestra primera parada es Haji Lane, una calle repleta de graffitis, tiendecitas y locales de comida bastante modernos y apetecibles. Estamos prácticamente solos pese a que son las 9 de la mañana, y muchos sitios están cerrados.

Después vamos a Arab Street, donde se encuentra la famosa mezquita del Sultán. Lamentablemente hay algún tipo de festividad local, por lo que se encuentra cerrada al público. Lo mismo nos sucede con el Malay Heritage Center, que cierra justo hoy.

Little India

Cambiamos de barrio y nos vamos a Little India, donde nos sentimos totalmente en India. Las tiendas de saris y telas, los locales de comida, las joyerías y todo el ambiente, en general, es absolutamente indio. Nuestra primera visita es al templo de Sri Veeramakaliamman que, personalmente, me gusta mucho.  Es muy colorido y repleto de estatuas de dioses hindús. A otros del grupo no les convence tanto, aunque supongo que para gustos, los colores.

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Lo siguiente que visitamos es Tan teng niah, la última casa china colonial que queda en pie. Fue construida por un comerciante chino que prosperó en el barrio de Little India. No se puede visitar por dentro, aunque lo que es verdaderamente bonito es su exterior, pintado por completo de colores.

Pasamos por Clarke Quay, que a estas horas está vacío. Es una zona que nos han recomendado para salir de noche, aunque creo que no tendremos tiempo. Lo que sí que vamos a hacer es comer en el restaurante con estrella Michelín más barato del mundo.

Una comida con estrella

La historia de este lugar es muy curiosa: empezó siendo un puesto de comida dentro de un mercado, hasta que recibió una estrella Michelín. Actualmente es un pequeño local organizado como un restaurante de comida rápida: es el cliente quien realiza su pedido en unas máquinas habilitadas a la entrada, donde se le facilita un número para recoger el mismo. Las mesas son corridas y, aunque hay bastantes, suele estar repleto y cuesta coger sitio. Nosotros al final lo logramos, aunque sentándonos por separado y esperando un rato.

Pedimos unos noodles y un plato de arroz con pollo, todo un poco caótico porque no entendimos muy bien las opciones que tenía la carta y con el estrés de no encontrar sitio para sentarnos, no podemos hacer las cosas con calma. Todo nos sale por unos 12s$, unos 8€ al cambio, incluyendo agua embotellada. La comida está muy buena (los noodles, geniales!). Para terminar. de postre, caminamos hasta la pastelería Tong Heng para probar sus famosos pasteles de huevo, que no tienen mucho éxito, ya que saben como a tortilla dulce.

Chinatown

Después de comer, le llega el turno al barrio chino de Singapur. Empezamos por el Templo de la Reliquia del diente de Buda, donde se supone que se guarda esta reliquia. Es un templo muy bonito y cuidado, de varias plantas y con una azotea que tiene un jardín de orquídeas y una rueda de plegarias. Nos gusta mucho a todos.

A la salida pasamos por Pagoda St, donde hay multitud de tiendas con todo tipo de souvenirs y artículos, así que nos entretenemos un poco mirando. Después, para terminar con Little India, nos acercamos hasta el templo hindú de Sri Mariamman, que no es tan bonito como el de Little India, pero cuyo frontal de la entrada es muy llamativo, con todas sus estatuas de dioses, tan coloridas y trabajadas como es habitual en este tipo de templos.

Southern Ridges

Como vamos bien de tiempo, nos vamos hasta los Southern Ridges en metro. Es una red de 10 kilómetros de caminos que van por las copas de los árboles  de un parque, a unos 36 metros de altura. Es bastante impresionante el contraste que hay con la ciudad. Se trata de una zona muy tranquila y agradable para pasear. En algún cartel indican que hay monos, aunque no vemos ninguno.

Espectaculo de Marina Bay y cierre

Volvemos en metro para ver el espectáculo de Marina Bay a las 8, que también es muy bonito aunque no tan espectacular como el de los Jardines. Cuando acaba, damos un paseo por la bahía haciendo fotos, hasta el segundo espectáculo de las 9, que vemos desde el otro lado (que aprovechamos para hacer algunas fotos, por si no teníamos suficientes :P)

Vamos a cenar al chawker de Lau Pa Sat, una especie de mercado con multitud de puestos y muchas opciones de comida. Nosotros nos decantamos por unas brochetas satay. Como hemos llegado algo tarde, algunos puestos ya están cerrando o cerrados.  Luego intentamos ir a la terraza de Level 33, pero justo está cerrada por reformas. No abren hasta mañana, así que nos quedamos con las ganas de subir y regresamos al hotel.

 

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