Asturias
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Asturias

El norte de España es un auténtico paraíso. Tierra fértil donde las haya, destaca por sus campos verdes y su clima húmedo. Asturias es sinónimo del buen comer, de la sidra, de los pastos verdes, del maravilloso cachopo, de gente amable, de paisajes impresionantes, de montañas, de pueblos y de tranquilidad. Nosotros caímos rendidos ante la belleza de esta tierra hace años y, desde entonces, no son pocas las ocasiones en las que nos hemos echado a la carretera para visitarla.

Nuestro punto de entrada siempre es el puerto de Pajares, donde la meseta de paso a los picos, el llano a las subidas y bajadas y los colores tierra al verde omnipresente (o al blanco, en invierno).

Asturias siempre tiene algo nuevo que ofrecer, con la garantía de saberla tan magnífica como siempre. Es un valor seguro, un lugar que nunca defrauda y que a nadie deja indiferente.

Avilés

Llegamos a Avilés en plena fiesta del Bollo, una tradición que se celebra en Pascua y que llena las pastelerías de la ciudad de deliciosos bollos que los habitantes de la ciudad regalan a sus ahijados. Recorremos el casco antiguo y finalizamos la visita en el modernista Centro Cultural Niemeyer, única obra del arquitecto brasileño en nuestro país. Una ciudad tranquila.

Para comer, recomendamos Casa Patxi, a las afueras de Avilés. Su especialidad son los cachopos y los precios rondan los 15€. Con un cachopo comen dos personas. Nuestro favorito el especial, con salsa de cabrales y foie, una delicia.

Cudillero

Este pueblecito, declarado declarado Conjunto Histórico Artístico, es famoso por sus casas encaramadas a la montaña, desde las que se obtiene una vista preciosa del entorno. Como curiosidad, la villa de Cudillero tiene un idioma propio, el pixueto, que poco a poco va desapareciendo por falta de uso.

Candamo

Este concejo asturiano destaca por la tranquilidad de sus pueblos. Rodeado de montañas, se encuentra protegido de las temperaturas extremas y de fascinantes paisajes naturales. El verde es, sin duda, el color que define esta tierra y la agricultura su motor de vida. Si sabes dónde buscar, podrás encontrar sidra casera, huevos de gallina recién cogidos y fruta o verdura de la huerta de alguno de sus afables vecinos.

Lastres

Este pequeño pueblo pesquero es famoso por haber sido escenario de una conocida serie de televisión. Un lugar que huele a mar y a pan recién hecho, para recorrer sin prisas, empezando por las  impresionantes vistas que ofrece su mirador y terminar con un agradable paseo por el puerto.

Faro de Lluces

A pocos kilómetros de Lastres está este faro, con una impactante vista de los acantilados y rodeado de verdes praderas con ganado pastando. Un lugar que te hace sentir en el fin del mundo.

Cangas de Onís

Cuando pensamos en Asturias nos viene de inmediato a la mente la imagen del puente con la cruz. Curiosamente, aunque es conocido como puente romano, su construcción fue durante el reinado de Alfonso XI, aunque se cree que pudo ser construido sobre un puente anterior. La cruz central es la Cruz de la Victoria, símbolo de Asturias, que recuerda la victoria sobre los musulmanes en la batalla de Covadonga.

Covadonga

Si hay algo de lo que los asturianos están orgullosos es, sin duda, el Santuario de la Virgen de Covadonga. Esta impresionante capilla excavada en la piedra es un lugar de culto y un imprescindible en cualquier viaje a Asturias. Además, Covadonga es la puerta de entrada a los Picos de Europa y sus increíbles lagos, recomendables tanto en invierno como en verano.

Para llegar, lo mejor es dejar el coche en los parking que hay habilitados para ello. Hay autobuses cada 15 minutos que por 8€ (ida y vuelta) realizan el trayecto hasta los lagos. En algunos momentos del año, como verano y semana santa, el acceso de vehículos a los lagos está limitado. Los parkings tienen un precio de 2€ por vehículo, aunque con un poco de suerte podrás dejarlo en las zonas de aparcamiento gratuito que hay subiendo a Covadonga. Eso sí, las colas para coger el autobús aquí son mayores.  Nuestra recomendación es dejar el coche en el último parking, “El Repelao” (por cierto, comimos en el restaurante de al lado, con el nombre homónimo. Muy rico y contundente).

Como consejo, evitad las horas puntas del día para bajar desde los lagos, ya que se forman colas de más de una hora y en la parada de los autobuses no hay ningún refugio cerrado, por lo que se pasa bastante frío en invierno (En los lagos hay un pequeño bar que suele estar a rebosar, pero ofrece bebidas calientes y comida a un precio razonable).

Oviñana

Más que el propio pueblo, todos los acantilados que rodean la zona representan la verdadera naturaleza de Asturias, que mezcla el verde y el azul, el ahora y el infinito.

Lagos de Covadonga

Son unas lagunas glaciares formadas por los lagos EnolLa Ercina y uno más pequeño que se llama El Bricial, que sólo tiene agua cuando se produce el deshielo en las montañas.  En verano son una delicia visual, con sus prados verdes y las vacas que en ellos pastan, pero en invierno son realmente impactantes, cubiertos de nieve virgen.

Recomendamos echar un vistazo a la webcam de los lagos antes de iniciar el viaje para saber si las condiciones climatológicas son favorables. Nosotros, la última vez que estuvimos por allí, nos encontramos con la sorpresa de que los lagos estaban nevados (una auténtica suerte pese al frío que pasamos!)

Santa María del Naranco

Una de las joyas del prerrománico español (y posiblemente europeo) es este antiguo palacio situado cerca de Oviedo. Aunque originalmente se diseño como salón del trono del conjunto a palaciego que el rey Ramiro I mandó construir en las afueras de la capital del reino de Asturias (año 842), con el tiempo se empezó a utilizar como iglesia, complementando a la capilla original del conjunto (San Martín de Lillo), que aún se mantiene, y se puede visitar a pocos cientos de metros.

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