India no deja indiferente. Es intensa, sensorial, m铆stica, entregada, distinta. Es un pa铆s que se te cuela bajo la piel y te inunda cada poro, que te absorbe, te agita, te embriaga. Son muchos los que dicen odiarla, los que la temen, los que se niegan a conocerla por miedo o prejuicios. India puede ser sucia, ca贸tica, intensa, desesperante… pero tambi茅n es incre铆blemente bella, hist贸rica, c谩lida, amable, sabrosa, sonriente. India es un festival de sabores, de colores, de energ铆a. Es tradici贸n, rituales y cultura. Es un amanecer en el Taj Mahal y un atardecer en el Ganges, la bulliciosa Delhi y la rosada Jaipur. La hospitalidad de los sij, la locura de sus carreteras, los sabores de su comida, el estruendo de la Puja al anochecer. Un pa铆s de claroscuros, que se puede odiar con la misma facilidad con la que se puede amar. Al final del viaje comprendes que la India que te llevas en la retina solo existi贸 para ti, que solo fue tuya. Y es que India es distinta para cada persona que la visita.