- Ármate de paciencia. Por su forma de ser, los indios pueden llegar a ser algo agobiantes. Los habrá que lo hagan desde la más absoluta inocencia y buena voluntad, y quienes lo hagan de forma interesada e insistente. Serás el centro de atención y en ocasiones te sentirás como un extratarreste, sobre todo cuando te rodee una docena de personas para pedirte una fotografía. Afróntalo con una sonrisa. Hacerte una fotografía no te cuesta nada y tener un gesto amable menos aún, ellos lo agradecerán enormemente y, en la mayoría de los casos, serán tremendamente educados.
- Ten cuidado con el picante. En India la comida picante es muy picante. Piensa en el plato más picante que hayas comido en tu vida y multiplícalo por mil, te harás una idea aproximada. Te recomendamos pedir siempre la comida ‘no spicy’. Si aún así resulta ser demasiado para tu estómago, el mejor remedio es un lassi o cualquiera de los múltiples postres basados en yogur que encontrarás. Y, por si las moscas, mete almax en tu botiquín.
- Negocia todo. Cualquier cosa, hasta lo más inimaginable, es susceptible de ser regateado. Es su cultura y su forma de hacer las cosas. Además, cualquier precio que te den a ti va a estar terriblemente hinchado porque eres un turista y es lo que hay. Y, aún así, será infinitamente más barato que en tu país de origen.
- Lleva dinero en efectivo. Los cajeros en India son complicados, a veces funcionan y a veces no. O no admiten Mastercard. O se han quedado sin dinero. O no te dejan retirar más de 10.000 rupias. Y nunca sabrás por cuál de todas estas razones no funciona.
- Lleva calzado cerrado. Hemos leído en muchos sitios que lo mejor es llevar sandalias, ya que al acceder a los templos lo más normal es que tengas que descalzarte. Nosotros somos de la opinión contraria: posiblemente si vas con sandalias acabes con el pie lleno de mierda. La mayoría de las calles no están asfaltadas y los baños públicos están normalmente inundados de algo que deseamos creer que era agua. Nosotros preferimos tener nuestros pies a buen recaudo y pasar dos minutos más descalzándonos antes de acceder a un templo.
- Compra la entrada del Taj Mahal por adelantado y llévala impresa. Te evitarás una espera absurda, un viaje en autobús más absurdo aún y ganarás posiciones en la cola de entrada.
- Valora las opciones de transporte disponibles en función de tus necesidades. El tren es un medio poco fiable pero barato, los conductores particulares salen algo más caros pero te ahorrarán tiempo y dolores de cabeza. Echa un vistazo a nuestro artículo sobre el tema y decide qué se adapta más a tu viaje.
- Memoriza estas cuatro palabras en hindi: Namasté, daneyebat, nehi, y bas. Respectivamente significan: Hola/adiós, gracias, no y basta. Por las buenas, agradecerán enormemente que te hayas molestado en saludarles o darles las gracias en su idioma. Por las malas, se quedarán desconcertados y te dejarán tranquilo rápido.
- No des dinero a los niños. La mayoría están mendigando porque a sus padres les interesa más tenerlos en las calles que llevarlos a la escuela. No fomentes esto. No les haces ningún bien, más bien al contrario, les condenas a una vida de mendicidad o delincuencia. Tampoco les compres nada, ni a ellos ni a las madres que te pidan dinero para leche con sus bebés en brazos. Es una estafa. Te llevarán a una tienda con la que están compinchados para que compres lo que sea a precio de oro y luego lo devolverán para repartirse el dinero con el tendero.
- Respeta sus tradiciones y cultura. Pregunta siempre que tengas la oportunidad y trata de comprender el por qué de cada cosa. No te quedes en la superficie. La sociedad India es muy compleja y la mezcla de religiones que conviven en el país aún más. Intenta aprender o descubrir algo de cada una de ellas, te aseguramos que te sorprenderás.
- Come en un templo sij. Es una experiencia única y muy gratificante. Si puedes, intenta visitar las cocinas y charlar con ellos, para que te hablen sobre su religión, es de lo más interesante. Además, si quieres puedes quedarte a dormir ya que cuentan con habitaciones para los peregrinos. Todo esto es gratuito pero nosotros insistimos en que este no debe ser el objetivo del viajero. Hay gente que verdaderamente necesita esta ayuda, por eso nosotros dejábamos el importe de lo que nos hubiera costado la comida en las urnas para donativos que hay repartidas por los templos. Aunque, obviamente, eso es algo que debe valorar cada persona.
- Atrévete con la comida india. Prueba comida callejera sin miedo, pero no a lo loco. Con sentido común sabrás que puestos tienen buena pinta y que puestos no, evita los sitios con mala pinta y todo irá bien. Salte de los platos típicos conocidos. Todos conocemos el tikka masala, pero la comida india es muy rica y variada, hay cientos de platos y combinaciones que aquí no se conocen. Descúbrelas. A veces acertarás y a veces no, pero las veces que aciertes harán que todas las demás merezcan la pena. Que me lo digan a mí con el malai kofta.
- Lleva siempre pañuelos o toallitas encima. Te van a sacar de más de un apuro, ya sea para usarlas como papel higiénico, servilletas o para limpiarte los pies despúes de visitar un templo. Allí no existe la costumbre y no encontrarás este tipo de cosas con facilidad.
- Si te gusta la fotografía, lleva tu teleobjetivo. Un 200mm luminoso será suficiente. Lo agradecerás cuando veas la cantidad de retratos con los que te vas a ir cruzando por la calle. Es el paraíso de la fotografía urbana y social. Te vas a volver totalmente loco, por lo que sumamos a esta recomendación la de llevarte muchas tarjetas de memoria. Sí, más de las que imaginas. Nosotros llenamos casi 100 GB y sólo estuvimos 12 días.
- Lleva mochila. Por el mismo motivo que te recomendamos calzado cerrado: la mayoría de las calles indias no están asfaltadas. Eso sumado a que las vacas campan a sus anchas y defecan donde les viene en gana, más el caos circulatorio hacen que pasearse con una maleta de ruedas pueda volverse un auténtico infierno.
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