Diario de la Costa Oeste (11): El día que cené con la madre de Spielberg
Diario de la Costa Oeste (11): El día que cené con la madre de Spielberg

Diario de la Costa Oeste (11): El día que cené con la madre de Spielberg

 

Nuestro segundo día en L.A  nos vimos obligados a madrugar, algo totalmente novedoso en el viaje. Habiámos quedado para cenar con unas amigas a las 7 de la tarde, así que teníamos que aprovechar al máximo.Lo primero que visitamos fue la zona de Hollywood. Aparcamos en Hollywood & Highland Center, por 2$ la primera hora con validación (tienes que comprar algo en una de las tiendas del centro comercial): la zona es, como ya había leído, bastante decepcionante. Aceras llenas de estrellas, sí, pero también de basura y suciedad. Demasiada gente y poco qué ver. No llegamos a estar ni la hora completa.

Cogimos el coche y nos dirigimos hacia el cruce de Hollywood blv con Vine st, para buscar la estrella de Audrey Hepburn que, tras un buen rato, encontré junto a una valla de obras… Después de eso, nos dirigimos a Beverly Hills. El barrio en sí no tiene nada qué ver, salvo las casas, pero es impresionante. Un barrio así en medio de una ciudad tan caótica como L.A, parece que pertenezca a otra dimensión. Me gustó mucho.

Bel Air, barrio que visitamos después, aunque se nota que es mucho más lujoso, ya no me gustó tanto. Las vallas son tan altas que apenas se puede ver nada. Supongo que para vivir estará muy bien, pero lo que es para visitar no merece la pena. Pasamos por Rodeo Drive para hacer unas fotos desde el coche, ahí y en el famoso hotel de Pretty Woman. Había muchísima gente, así que decidimos no parar porque tampoco íbamos a entrar en ninguna tienda.

 

Después bajamos a Olvera St, o el pueblo de Los Ángeles, el barrio donde se fundó la ciudad. Todo está lleno de puestos con artesanía mexicana y tiendas de comida. Comimos unos tacos en Cielito Lindo, situado al final de los puestos y después visitamos Avila Adobe, la casa más antigua de L.A (entrada gratuita).

 

Acabado esto y viendo que ibamos bien de tiempo, pusimos en el GPS dos direcciones: la casa de Embrujadas y Thriller (están al lado) y la de American Horror Story.

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Los barrios son dignos de ver, el primero está llenito de casas victorianas, algunas de ellas verdaderamente impresionantes. Si habéis leído las etapas de San Francisco, notaréis que soy una apasionada de este tipo de arquitectura. Hice como un millón de fotos solo en este barrio. Para verlo.

Para cenar habíamos quedado con mis amigas Elsa y Kim. Conozco a bastante gente en L.A de mi época de Couchsurfer, así que cada día teníamos una cita diferente para cenar: Habíamos reservado, tras mi insistencia, mesa en The Milky Way (9108 W Pico Blvd). Este restaurante pertenece a Leah Adler, madre de Steven Spielberg. El restaurante está decorado con pósters de las películas de su hijo y fotografías familiares. Si os gusta este director y sus películas, tenéis que ir.

La comida es tipo kosher vegetariana y, aunque nosotros somos más bien carnívoros, estaba todo increíblemente bueno. Probablemente la mejor comida del viaje, a muy buen precio además (unos 11$ el plato, de considerable tamaño). El precio total de la cena lo desconozco porque nos invitaron.

Para colmo, Leah estaba allí y pudimos saludarla y hacernos fotos con ella. Que un grupo de españoles apareciera por su restaurante le pareció tan curioso, que se sentó durante buena parte de la cena en nuestra mesa e, incluso, nos recomendó qué platos de la carta pedir. De hecho, uno de los que pedimos era el preferido de su hijo. Realmente entrañable la mujer.

 

Mis amigas alucinaron un poco con toda esta historia porque, aunque han vivido toda su vida en LA, no habían oído hablar de este sitio.

 

Después fuimos a Milk, 7290 Beverly Blvd, una heladería a las que nos llevaron Elsa y Kim. Helados riquísimos y enormes, solo había que ver la cola que tenían para pedir para saber que iban a estar buenos. Fueron 37$ los 6 helados gigantes que pedimos.

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